Ibas despreocupada paseando
por las salas del museo de los Uffizi,
sin saber hacia dónde dirigir
tus dos ojos;
avanzabas quizá con el
cansancio
del que ha recorrido
Florencia todo el día.
No sabías que, de repente,
allí
te iba a asaltar un poderoso
símbolo:
el de la inesperada Belleza,
el ideal sublime de Belleza y
Verdad,
ese que (todavía) nos hace a
los humanos
más humanos.
Botticelli fue el nombre del
artista.
La Primavera
el cuadro.
No supiste qué hacer
y te quedaste muda.
Simplemente dejaste que
hablase el corazón.
Y te pusiste a llorar.
Y llorabas,
y llorabas.
A la Verdad y a la Belleza
sólo
le faltaban el gozo de tus
lágrimas.
Canciones para una música silente
Antonio Colinas
Ed. Siruela (2014)
Que a Antonio Colinas le concedieran la semana pasada el 25º Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el más
importante de su género en lengua española y portuguesa, es el motivo por el
que lo hemos traído a nuestro blog y una escusa acaso innecesaria para
homenajear a uno de nuestros grandísimos poetas. Antes o después hubiera sido
así, pero nos pegamos a la actualidad y lo celebramos con él. Motivado
por el premio, el mismo miércoles por la tarde, tras leer algunos poemas en
internet, pedí por el mismo medio Canciones para una música silente, su último libro de poemas, publicado
en 2014. Aunque intento comprar todos mis libros en librerías, esta vez, debido
a mi indomable impaciencia, lo hice a toda velocidad, y el jueves por la mañana
llegó a casa. Desde que empecé a leerlo, cada rato libre se lo he dedicado con
fervor y admiración, pues se trata de un espléndido libro con el que estoy
disfrutando a lo grande. El mismo título del libro sugiere, recordándonos la
música callada de San Juan de la Cruz,
la esencialidad a la que el poeta se entrega en cada poema. Diversidad de tonos y de
temas. Libro viajero a través del espacio y del tiempo. Belleza y armonía la de Antonio Colinas con
el mundo y la naturaleza, no como alguien que se limita a contemplar y percibir
a través de los sentidos, sino que, además, trasciende la realidad dual,
convirtiendo el viaje en un viaje místico para sentirse parte de esa danza a la
que llamamos universo y terminar fundiéndose con ella.
Clara en los Uffizi, es un ejemplo de todo lo expuesto anteriormente. He
escogido este poema además porque la semana pasada (en una feliz coincidencia), el cuadro al que hace
referencia, La Primavera del florentino Sandro Botticelli, nos sirvió como puerta de entrada al
Renacimiento en la Literatura, y además porque en estos días vivimos inmersos
plenamente en esta estación del año, y hacerlo también a través del arte me
parece un buen método para profundizar en ella, en su canto misterioso y
renacido y en sus floridos enigmas. Ya hablamos la semana pasada y disfrutamos
en la pizarra digital con el impresionante cuadro, una de las obras maestras del
autor; quien no lo conozca, basta con pinchar en la imagen de arriba y podrá
hacerse una idea de lo que significa tenerlo delante, con las figuras a tamaño
real, pues el lienzo es de unas dimensiones extraordinarias. Y podrá hacerse
una idea de la experiencia que vive la protagonista del poema, Clara, cuando se
detiene delante de él, después de la fatiga que todo viajero que haya paseado
por Florencia, reconoce al leer el poema.
La experiencia que vive Clara, es la de
el Arte como un puente hacia la Belleza y La Verdad universales del SER. Y no
me refiero a la belleza del cuadro, que es en último término la que provoca, la
que anima, la que impulsa el deleite final; me refiero a la Belleza con
mayúsculas, aquella que nos enmudece porque, transfigurándonos en el recorrido
que nos lleva más allá de lo sensible, nos convierte en el estado de conciencia al que llamamos Verdad.
Y Verdad y Belleza se imbrican indisolublemente en la conciencia del
espectador, que en ese momento ya no es espectador porque pasa a formar parte
del cuadro en el que vive y del cosmos al que se une. Y en ese estado de plenitud solo
queda llorar y llorar de emoción y de gozo. Porque el arte es gozo y es
religión en el sentido más puro de la palabra, re-ligare (volver a unirse con lo creado). Esta experiencia la han tenido miles de viajeros de todo el mundo en Florencia, aunque la ciudad italiana no tenga la exclusividad. Stendhal, el genial escritor francés, la describió muy bien, y más tarde pasó a denominarse como El síndrome de Stendhal, algo que no comparto, ni por el nombre, ni por la descripción del mismo. Creo que tal vivencia no se puede reducir a la categoría de síndrome ni puede tener una explicación tan vaga. Para mí se trata de un ascenso espiritual de primer orden. Después, uno desciende (la experiencia no dura mucho, seguramente nuestro
corazón no lo resistiría), y aunque con dolor de cabeza, uno puede incluso
tomarse una cerveza con un buen plato de spaguetti, con la certeza de que la
experiencia, como nos recuerda Antonio Colinas en el poema, nos ha hecho más
humanos. El Arte es una de las razones por las que la vida merece la pena.
Quizá toda la producción artística de toda la Humanidad no es más que eso, una
forma de hacernos la vida más soportable los unos a los otros, saltando por
encima de los siglos, en un acto de entrega y generosidad. El poema de esta
semana, de Antonio Colinas, La
Primavera de Botticelli y la
de Antonio Vivaldi (con la que os
dejo, que no por ser archiconocida es menos alegre y bella), es una muestra de
ello. En este momento siento un gran agradecimiento por los tres artistas. Escribir
in extremis este comentario me ha
alegrado la sobremesa de este lunes, compartirlo con vosotros también. Ojalá esta
entrada os haya servido como a mí para renacer esta tarde de mayo como lo hace
la Naturaleza y sentir la alegría de ser y estar vivos.
Gurb
BIOGRAFÍA: ENLACE A LA PÁGINA WEB DEL AUTOR
Me ha gustado cómo el poema expresaba la emoción que tenía Clara, porque te transmite toda esa belleza que estaba contemplando, como si tú mirases el cuadro. Me gustaría ir a Florencia y tener y sentir el síndrome de Stendhal, porque como pone en el comentario, no debería ser un síndrome, ni nada malo.
ResponderEliminarMe gusta el poema porque cuenta cómo se siente Clara en el museo de los Uffizi mirando el cuadro de La primavera.
ResponderEliminarNunca he estado en Florencia, nunca he tenido el síndrome de Stendhal y nunca me he sumido en tanta belleza. Pero estoy segura de que lo haré porque quiero tener una vida llena de emoción; para mí el arte es como un cordón umbilical que nos une a la vida y jamás cortaré ese lazo. Jamás le daré la espalda a la música, al cine, a la pintura, a la literatura...
ResponderEliminarEste poema !e gusta porque la pintura es arte y con ella la mayoria de las personas se emocionan al verlo como cualquier otro arte. Bartolome 2eso
ResponderEliminarEste poema !e gusta porque la pintura es arte y con ella la mayoria de las personas se emocionan al verlo como cualquier otro arte. Bartolome 2eso
ResponderEliminarMe transmite la inmensidad del Arte, de cómo las personas pueden sentir tanta emoción al ver una obre tan preciosa como la de Botticelli o cualquier otra, porque el Arte es eso, una explosión de sentimientos que salen a la luz al ver esas obras.
ResponderEliminarMe gusta este poema porque indica que siempre y ante todo debes expresar tus sentimientos , ser tú mismo y que te de igual el resto.
ResponderEliminarEste poema expresa un recorrido por Florencia hasta acabar en el museo de los Uffizi.Me ha gustado bastante porque expresa de la primavera belleza y verdad.
ResponderEliminarEste poema expresa un recorrido por Florencia hasta acabar en el museo de los Uffizi.Me ha gustado bastante porque expresa de la primavera belleza y verdad.
ResponderEliminarNo veo relación del nombre con el cuadro, para mí no representa la primavera sino el otoño. Pero es tal y como dice el poema: la inesperada Belleza, que a simple vista el cuadro de Boticceli no la tiene pero si buscas detalles la encuentras.
ResponderEliminarEl poema de esta semana me ha encantado, porque, aparte de haberlo leído yo, me encanta cómo Antonio Colinas expresa sus sentimientos en el poema; también tengo que resaltar a Botticelli, un pintor genial, como se ve en el cuadro del que habla el poema. Manuel Ángel Aguilar Regalón 2º ESO
ResponderEliminarEl poema me ha gustado mucho porque habla del cuadro "LA PRIMAVERA"y me gusta este cuadro, porque ya lo he visto anteriormente y me transmite claridad y amor.
ResponderEliminarMe ha gustado este poema ya que habla de un cuadro muy bonito y transmite mucha alegría JESUS PUERMA LÓPEZ 2º ESO
ResponderEliminarEste poema no me gusta. Se puede sentir emoción por una canción o algo escrito,pero llorar por un cuadro lo veo un poco absurdo,por lo menos ahora,a mi edad y desde mi punto de vista.
ResponderEliminarMari Carmen Gomariz Córcoles
El poema de esta semana me ha gustado porque el título "La Primavera" le da mucha claridad al cuadro.
ResponderEliminarElizabeth Mesa Torrero
Este poema me gusta porque el autor ha expresado perfectamente cómo es la primavera con este poema, y la expresa con palabras muy bonitas como Belleza y Verdad.
ResponderEliminarMe siento identificado con la situación de Clara al ver este cuadro, ya que yo también me quedaría mudo ante esta magnífica obra de arte
ResponderEliminarEl poema me ha gustado porque las palabras que utiliza son muy bonitas, pero por otra parte no me ha gustado porque no le encuentro mucho sentido.
ResponderEliminarNo me gusta mucho el poema porque a pesar de que me gusta la primavera no le veo mucho sentido. El cuadro me gusta pero no es muy bonito. La musica "La primavera" es lo que mas me ha gustado, es un sonido muy agradable.
ResponderEliminarlaura gutierrez moreno 1º de eso
Este poema no me ha gustado tanto como los otros..no sé por qué pero simplemente no me gusta.
ResponderEliminarCon respecto al comentario pienso que yo nunca tendré el síndrome de Stendhal; me gusta el cine y la música pero creo que podría vivir sin visitar un museo o ver esculturas o al menos esa es mi visión ahora mismo.
Lo especial de este poema es que refleja lo importante que es el arte para la vida,tanto que podrías sentir espasmos al ver una gran cantidad de obras de arte.
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