lunes, 17 de septiembre de 2018

Lo que me ilumina




Tenía veinte años cuando entré en Altamira.
Entré solo. La luz rojiza, escasa,
era como el reflejo de una hoguera
en la roca del techo bajo y dominador.
Aquella soledad de los raros picassos
la tuve que guardar dentro de mí
porque yo era demasiado joven.
De cada edad se guarda alguna cosa
que no se ha comprendido:
la desnudez del muro de una iglesia románica,
el orden que Kant, Hegel y Nietzsche establecieron.
No me quedan edades. Además
¿para cuándo guardar este presente?
Ahora puedo entrar en la gran cueva
donde caben ya todos los museos del mundo.
En sus profundidades escucho la voz ronca
del entrañable animal remoto
del cual con tanta lentitud venimos.
Filosofía y crímenes ya estaban en los ojos
de ese Gauguin prehistórico cuando, con humildad,
pintaba iluminado por la hoguera.

Joan Margarit
Un asombroso invierno
Ed. Visor (2018)

El arte consuela del dolor de estar vivo. La contemplación de las obras artísticas que el ser humano ha creado nos proporciona un bálsamo que solo entiende el alma. Diversión y emoción, sobre todo eso, emoción; el arte también es un puente hacia la espiritualidad. En los diez últimos minutos hemos dado un breve repaso a la Historia del Arte, que es como decir a la Historia de la humanidad a través de sus necesidades expresivas. Con los recursos con los que contó cada época y cultura, la humanidad ha diseñado y sustentado el suelo sobre el que nos movemos. Nos expresamos o morimos, parece que nos dicen nuestros hermanos antepasados. Seres humanos como tú y como yo, que tuvieron la intensa pulsión de decir quiénes eran, cuáles fueron sus inquietudes, hacia dónde caminaban; que tuvieron el deseo de perpetuarse a lo largo de los siglos, más allá de sí mismos. Con el maestro catalán Joan Margarit, nos sumergimos con emoción en la  experiencia  de entrar por primera vez en las cuevas prehistóricas decoradas hace 20.000 años, chicos y chicas, 20.000 años. De la mano de Benyocé vibramos por los amplios salones del Museo del Louvre pasando por las esfinges egipcias, la Victoria de Samotracia, la Gioconda,  la Venus de Milo, hasta desembocar en el Museo de Arte Moderno de Nueva York con Van Gogh, Gauguin, Matisse, Picasso, el arte conceptual, la tecnología, el cine, Jackson Pollok o Andy Warhol. En este ratito, nos hemos puesto delante de grandes tesoros de la humanidad. La palabra importante del día y una de las más importantes del curso es, por tanto, creatividad. Aprendamos de la creatividad de otros para desarrollar la nuestra, dejemos volar nuestra imaginación y pongamos alas invisibles a nuestros corazones. Expresémonos. Compartamos nuestras inquietudes, pensamientos, emociones y experiencias a través de nuestra creatividad, a través de nuestro arte. Música, pintura, escultura y literatura son las artes que tenemos diariamente a nuestro alcance. Disfrutémoslas.


       
      
        Dentro de nueve meses, cuando todos y cada uno de nosotros haya dado una vuelta más a su vida, estas paredes de la biblioteca de nuestro instituto que hoy recién estrenamos, tienen que estar llenas de nuestra creatividad. Os propongo hacer de esta biblioteca vuestro/nuestro Museo del Louvre particular. Expongamos en él las obras de arte que vayamos creando durante el curso todos nosotros, alumnos y alumnas,  profesores y profesoras, y mostrémoselas al mundo. Feliz curso 2018/2019.

Gurb


Joan Margarit