lunes, 30 de enero de 2017

Refugiados


Instrucciones para leer poesía visual:
 
1.   Disponer  de unos minutos.
2.   Dejar la mente en blanco y borrar todos los prejuicios acerca de lo que se considera poesía.
3.   Ver también es oír: las cosas mudas hablan.
4.   Abrirse a las sugerencias o evocaciones que las imágenes suscitan.
5. Esta semana el poema es una secuencia narrativa construida a partir de diversos poemas visuales. En el contexto de la celebración del Día Escolar de la Paz y la No Violencia y teniendo como referencia el tema de los “Refugiados”, todos ellos están relacionados entre sí. Tratados independientemente, cada uno adquiere, lógicamente, una significación distinta. El significado último del Poema de esta semana depende de los ojos de cada lector. En esta nueva experiencia narrativa, tú, lector, eres el que tienes que construir el drama que en los últimos años miles de personas han sufrido al dejar su país por las causas que todos conocemos. Es una vieja historia. Ojalá este espacio sirva también para la reflexión y la concienciación: 















 

         Hoy celebramos el Día Escolar de la Paz y la No Violencia.

         Para aquellos que quieran seguir indagando en la poesía visual recomedamos esta espléndida página con multitud de recursos didácticos en la que nos hemos inspirado para realizar nuestras instrucciones.

Gurb





lunes, 23 de enero de 2017

Dos poemas para Lautaro


Lee a los viejos poetas

Lee a los viejos poetas, hijo mío
y no te arrepentirás
Entre las telarañas y las maderas podridas
de barcos varados en el Purgatorio
allí están ellos
¡cantando!
¡ridículos y heroicos!
Los viejos poetas
Palpitantes en sus ofrendas
Nómades abiertos en canal y ofrecidos
a la Nada
(pero ellos no viven en la Nada
sino en los Sueños)
Lee a los viejos poetas
y cuida sus libros
Es uno de los pocos consejos
que te puede dar tu padre

Biblioteca

 
Libros que compro
Entre las extrañas lluvias
Y el calor
De 1992
Y que ya he leído
O que nunca leeré
Libros para que lea mí hijo
La biblioteca de Lautaro
Que deberá resistir
Otras lluvias
Y otros calores infernales
-Así pues, la consigna es ésta:
Resistid queridos libritos
Atravesad los días como caballeros medievales
Y cuidad de mi hijo
En los años venideros

Roberto Bolaño
La Universidad Desconocida
Ed. Anagrama (2007)


Biblioteca y Lee a los viejos poetas fueron escritos inmediatamente después de salir del Hospital Valle Hebrón, en Barcelona, en el verano de 1992, o tal vez cuando aún estaba allí, con los viejos de hígados destrozados, con los enfermos de sida y con las muchachas que ingresaron por una sobredosis de heroína y a partir de entonces -el pabellón estaba lleno de predicadores de todo pelaje- reencontraron a Dios.
Son dos poemas muy sencillos, bastante torpes en la ejecución y con voluntad de claridad en el significado. El destinatario original del mensaje es mi hijo Lautaro -estas palabras, en el fondo, también son para él. Ambos poemas recogen no sólo buenos deseos y buenos consejos. Desesperado con la perspectiva de no volver a ver a mi hijo, ¿a quién encargar de su cuidado sino a los libros? Es así de simple: un poeta pide a los libros que amó y que le inquietaron, protección para su hijo en los años venideros. En el otro poema, por el contrario, el poeta pide a su hijo que cuide de los libros en el futuro. Es decir que los lea. Protección mutua. Como el lema de una banda de gángsters invicta.

Blanes, enero de 1993
 

Una prórroga de diez años le quedaba a Roberto Bolaño después de escribir estas conmovedoras palabras de amor a su hijo y de amor a los libros, con las que cierra La Universidad Desconocida, el título de su poesía completa publicada por la editorial Anagrama cuatro años después de su muerte. Eclipsada por su inmensa obra narrativa, la poesía de Roberto Bolaño es lo menos conocido de su obra; sin embargo es la parte de ella por la que el autor sentía más amor. Porque Roberto Bolaño se sintió sobre todo poeta. Y llena de poesía, aunque con altibajos, está la Universidad Desconocida, como llena está toda su obra narrativa. Me imagino a Bolaño escribiendo poemas en las pausas de Estrella distante, La literatura nazi en América, Los detectives salvajes o  2666, sus novelas más emblemáticas y por las que yo siento verdadera devoción, o quizá al revés, escribiendo poemas y corrigiendo y, en mitad, escribiendo novelas y cuentos. Empecé a interesarme por la adictiva obra del chileno unos años después de su muerte y comencé a sentir fascinación no solo por ella, sino también por su vida. Intensamente autobiográfica, en su obra poética aparecen multitud de referencias explícitas: del camping Estrella de Mar en Barcelona, en el que el autor fue vigilante nocturno; a México, Chile, “los detectives”, además de numerosas referencias al cine como corresponde a un cinéfilo como él.  Con un marcado carácter narrativo, Bolaño maneja una multitud de registros, tonos e intensidades que se van alternando en poemas en prosa, prosa poética y en versos más acusadamente líricos. La voluntad de claridad de la que habla el poeta, alejada de toda afectación, sobrevuela toda la obra, que no está exenta, a la vez, de enigmas. El aire que se respira en la obra poética de Bolaño es un aire renovado y distinto. Por este motivo es muy recomendable pasearse y detenerse en los pasillos de su Universidad Desconocida.
Los dos poemas de esta semana pueden leerse como uno, en el sentido de que el eje central de ambos son los libros: es bellísima y gratificante esa idea de cuidar a los libros y protegerlos para que ellos luego hagan lo mismo con nosotros. Del primero, Lee a los viejos poetas, me parece muy emocionante y valiente la imagen que crea y que funciona como analogía de lo solos que se encuentran los libros de poesía sobre cualquier estantería: Entre las telarañas y las maderas podridas/de barcos varados en el Purgatorio/allí están ellos/¡cantando!/¡ridículos y heroicos! Porque los poetas cantan en el silencio    de las páginas cerradas, ridículos pero heroicos entre telarañas, esperando a que alguien ponga su oído sigilosamente y escuche esas ofrendas. Y del segundo, Biblioteca, la ternura con la que cierra el poema: Resistid queridos libritos/Atravesad los días como caballeros medievales/Y cuidad de mi hijo/En los años venideros/
Leer a Bolaño, como leer a cualquier escritor de su talento abrumador, es sumergirse en las aguas cristalinas de un mar encrespado. El autor te guía y te acompaña hasta su fondo limpio y te muestra la belleza de los arrecifes de coral, pero también los peligros de las cuevas submarinas. Y en ese trayecto a lo más profundo de uno mismo, la falta de oxígeno y el ascenso a la superficie puede encerrar no pocos peligros. Pero ahí es donde reside su grandeza, en esa combinación perfecta de placer y de dolor que todo lector de la obra de Bolaño siente.

Gurb



BIOGRAFÍA

Roberto Bolaño 

lunes, 16 de enero de 2017

Me basta así

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
                                entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas...
(Escucho tu silencio.
                    Oigo
constelaciones: existes.
                        Creo en ti.
                                    Eres.
                                          Me basta).

Ángel González
Palabra sobre palabra
Ed. Seix Barral (1986)


       Cuando alguien me pregunta por qué puerta entrar a la desconocida, apasionante y hospitalaria casa de la poesía, mi respuesta siempre suele ser la misma: Ángel González. Creo que su poesía reúne todos los ingredientes necesarios para que cualquier lector actual con inquietudes muerda el anzuelo (en realidad este blog es un intento y una provocación semanal de lo mismo). La poesía de Ángel González, uno de nuestros clásicos contemporáneos, goza de la profundidad de todos los grandes maestros. Cotidiana, íntima y confidencial, y en apariencia sencilla, enseguida convierte a cualquiera de sus lectores en un amigo cómplice. Su compromiso ético (tan propio de la Generación del 50, a la que pertenece el poeta), su vitalidad (a pesar de la experiencias traumáticas provocadas por la Guerra Civil y la Posguerra), y el uso del humor y la ironía (tan poco frecuente en nuestra poesía y tan necesaria) hacen de la poesía del asturiano una de las más interesantes de la segunda mitad del siglo XX.

      Me basta así, el hermoso poema de esta semana, es uno de sus célebres poemas de amor que yo nunca me he cansado de leer. El poema expresa la plenitud del amor que va de lo carnal-erótico de la primera estrofa lo probaría /a la manera de los panaderos, para desembocar en lo cósmico, casi místico Escucho tu silencio. / Oigo /constelaciones, de la experiencia amorosa al final del poema, como un puente a esa armonía universal, origen de todo, a la que los griegos llamaban Eros. Aunque Ángel González no era un hombre religioso, se vale de los recursos de la poesía mística, recordándonos en estos últimos versos a San Juan de la Cruz en la música callada / la soledad sonora. Lo mismo que el propio fraile había hecho, pero a la inversa, con la poesía profana.

     En 2003, el cantautor canario Pedro Guerra editó La palabra en el aire, un bonito álbum inspirado en textos del poeta en el que se entremezclan versiones musicales con lecturas del propio poeta. Os dejamos con el fragmento que corresponde al poema de esta semana, pero antes os sugiero que escuchéis a Ángel González sin más música que la de su poesía en su propia voz.

    Terminamos el  comentario de esta semana citando el memorable verso del no menos memorable soneto de Lope de Vega al Amor, que podemos aplicar también a la lectura y relectura que aconsejo (pues en cada una de ellas se edifica más el misterio) del poema de esta semana: esto es amor, quien lo probó lo sabe…

Gurb



BIOGRAFÍA 

Ángel González 


lunes, 9 de enero de 2017

Creación


Y primero era el agua:
un agua ronca,
sin respirar de peces, sin orillas
que la apretaran...
Era el agua primero,
sobre un mundo naciendo de la mano de Dios...
Era el agua...
Todavía
la tierra no asomaba entre las olas,
todavía la tierra
sólo era un fango blando y tembloroso...
No había flor de lunas ni racimos
de islas... En el vientre
del agua joven se gestaban continentes...
¡Amanecer del mundo, despertar
del mundo!
Qué apagar de fuegos últimos
Qué mar en llamas bajo el cielo negro

Era primero el agua.                 

Dulce María Loynaz
Poemas escogidos
Ed. Visor (1995)

4500 millones de años según la ciencia es el tiempo aproximado, dentro del proceso de creación de la tierra, al que se refiere este poema de la poeta cubana Dulce María Loynaz, una de las cuatro mujeres, junto a María Zambrano, Ana María Matute y Elena Poniatowska a quien se le ha otorgado el prestigioso Premio Cervantes.  Es una cantidad tan elevada que se desborda de la imaginación de cualquier lector. Siempre me ha parecido una curiosidad cómo la ciencia para explicar ciertos hechos tiene que hacer uso del lenguaje poético. Podemos comprobarlo en la recreación visual de National Geographic que tenéis más abajo; y no solo en el lenguaje, sino también en la imagen.

Con estupendas metáforas como En el vientre / del agua joven se gestaban continentes… la autora crea una atmósfera misteriosa tanto por las ausencias que nombra No había flor de lunas ni racimos de islas…como por la presencia de elementos que formaron parte del proceso de enfriamiento de esa inmensa bola incandescente ¡Qué apagar de fuegos últimos! / ¡Qué mar en llamas bajo el cielo negro! que sigue enfriándose y en la que viajamos a través del espacio mientras el universo sigue expandiéndose imperceptiblemente desde el gran estallido. Si nos paramos a pensarlo dos segundos es una sensación asombrosa y a la vez vertiginosa, que nos da la medida de lo pequeños e insignificantes que somos. El agua, protagonista del poema de esta semana, es un tema recurrente en toda la obra de Loynaz, incluso le dedicó un libro, Juegos de agua en 1947. El poema de esta semana habla del agua primera, aquélla que dio origen a la vida y que no es otra que el agua presente y milenaria que somos y contemplamos y gozamos en el caño de una fuente, en un día de tormenta o en la profundidad de un océano. El agua en constante proceso de transformación.

Esta semana ciencia y poesía cogidas de la mano, pero también filosofía y religión, porque, si hablamos de la Creación, título del poema: ¿Fue casual o causal?¿concatenación de azares cósmicos o meditación y manotazo divino? La respuesta está en el agua. Pon atención a todo cuanto dice…

Gurb

 

BIOGRAFÍA

Dulce María Loynaz