lunes, 12 de noviembre de 2018

I Jornadas Internacionales LGBTI+











Naturalizar lo que ya es natural por naturaleza, vaya galimatías, es de lo que vamos a hablar a lo largo de esta, seguro, intensa semana. Os aseguro que a mí me costó muchos años comprenderlo. Mi generación vivió con insistencia, en la primera España democrática de los años 80, la moral homofóbica de la dictadura franquista, a través de sus padres y abuelos. El repudio al homosexual, más bien hombre, porque las mujeres aún estaban más ocultas, estuvo en mí presente durante muchos años. Incubado en mi familia, algo que no fue una excepción, y expandido a través de ocho años de educación religiosa salesiana, el virus de la homofobia había infectado por completo la conciencia de aquel niño y aquel adolescente. No sé exactamente cuándo los libros empezaron a curarme, ni sé cuándo la experiencia de nuevas amistades y viajes consiguieron darle la vuelta a todo este despropósito cultural. La cosa es que con amigas y amigos homosexuales comprendí que, de los seres humanos, una de las cosas que menos me importan es con quién pasen sus noches. Después de muchos años, sigo pensando lo mismo. Naturalizar lo que ya es natural por naturaleza, insisto, es de lo que ya estamos hablando.

Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no ha escrito, el primer videopoema que vamos a ver y escuchar hoy, de Elvira Sastre, es un encuentro amoroso lleno de sensualidad y erotismo, de frescura y vitalidad. Parece que la poesía pudiera ponerse unos vaqueros y una camiseta ajustada y salir a la calle y entrar en los bares y en los pubs y en las discotecas sin que nadie pudiera mirarla de reojo. Un poema homoerótico, un hermoso poema de amor lésbico que me emociona por su desmelenada fuerza y sinceridad.

El segundo videopoema va un poco más allá; habla de la experiencia del amor como algo que pertenece a partes iguales al ámbito físico y espiritual del ser humano. Tiene la profundidad de las cosas más sencillas que uno tarda más tiempo en aprender. Su autor es Juan Antonio González Iglesias. Cuando estoy un poco más jodido de la cuenta, siempre leo poemas suyos.

Mi padre se pintaba las uñas de los pies es un poema en prosa de Jesús Aguado. Un papá oficinista, travesti en sus horas libres, y entrañable; visto por los ojos en secreto de su hijo, un niño. Poco más puedo decir de él, su grandeza también reside en su sencillez.

Por último vamos a ver y escuchar el vídeo musical I Want to break free, un clásico de la banda de rock británica Queen, publicado en 1984 y censurado incomprensiblemente en Estados Unidos hasta 1991. Sublime y casposo a partes iguales, ha envejecido tan bien que aún sigue siendo, no solo actual, sino, además, transgresor. Un monumento a la libertad. 

Cambiando de tema, lo que sujeto ahora mismo entre los dedos es una moneda de euro, el pegamento de la Europa de hoy, una Europa de la que no me siento especialmente orgulloso. Conservadora, ensimismada y con los muros cada vez más altos, si tengo que ser honesto, aún no creo en ella. En lo que sí creo y de lo que sí me siento orgulloso es de compartir con todos vosotros y con todas vosotras, búlgaros, rumanos, húngaros y franceses, esta semana. Durante estos días vamos a experimentar a través del encuentro la construcción de la Europa que vendrá, de la que somos no solo partícipes, sino responsables. Que nuestra unión no sea una triste moneda, que lo que cotice al alta sea el corazón. Abramos todas las fronteras, físicas y mentales. Que lo humano prevalezca por encima de todo. Y que sea de provecho para todos. Gracias por estar aquí.

Gurb




 Enlace al poema Acepto que belleza de Juan Antonio González Iglesias

 
Mi padre se pintaba las uñas de los pies. Cada una de un color. Sólo yo estaba en el secreto. Si hacía buen tiempo, se sentaba en la mecedora del balcón y apoyaba las piernas en la barandilla. Si no, me pedía que soplara para que se secaran más rápido. Luego se vestía de traje y corbata y se iba a la oficina. Nadie podía adivinar el arcoiris de sus uñas. Sol después de la lluvia: así era él.

Jesús Aguado

Carta al padre

Fundación José Manuel Lara (2016)


No hay comentarios:

Publicar un comentario